«Los españoles no sabemos comer». Es una afirmación
que los médicos especialistas en nutrición proclaman a menudo. A esta mala
educación alimentaria se suma la falta de actividad física, el
sedentarismo y la falta de
concienciación de la sociedad.
El 17% de los hombres españoles sufren obesidad,
frente al 14% de mujeres
ANÁLISIS: ¿Dieta mediterránea?; por Felipe
Casanueva Mejor convencer; por Marta Robles
10 Febrero 12 - - B. V. C. / E. Montalbán
MADRID- Por ello, si mantenemos el ritmo de vida
actual, «en 2025 más del 90 por ciento de la población española sufrirá
sobrepeso», afirmó ayer el doctor Adelardo Caballero, presidente del Instituto
de Obesidad. «Son previsiones bastante bien documentadas, los datos son de la
Organización Mundial de la Salud», prosigue. En 1998, el porcentaje de
españoles cuyo peso se excedía del recomendado era de 35, mientras que los
datos de 2010 y 2011 superan el 60 por ciento. «En una década, el crecimiento
ha sido espectacular y no se prevé que las condiciones sociales cambien»,
afirma Caballero. En la misma línea, el número de personas obesas no será tan
llamativo «pero sí alcanzará a dos de cada cien españoles». El principal
problema de mantener el mismo ritmo de vida es que «los más gruesos van a
engordar más y los que aún no tienen sobrepeso van a tenerlo», mantiene el
experto.
ALIMENTACIÓN LOCAL
El interés
de los nutricionistas por evitar que los niveles de obesidad sigan aumentando
dentro de nuestras fronteras no se ciñe sólo a la educación en las escuelas,
«la prevención comienza desde el
embarazo. A los niños se les debe explicar lo antes posible los beneficios de llevar
una alimentación sana», insiste la doctora Monereo. Y no sólo eso, «el
desarrollo de actividades físicas y reducir las cantidades que se consumen en
cada comida también ayuda a disminuir el riesgo de sobrepeso», añade Caballero.
De hecho, la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) ya avisó en numerosas ocasiones del riesgo de una
futura generación de obesos en nuestro país, dadas las elevadas cifras de
sobrepeso y obesidad de los niños y jóvenes españoles. Así, datos del
Ministerio de Sanidad revelan que este problema no afecta por igual a toda la
población, siendo el nivel socioeconómico y educativo un factor de elevada
relevancia. La conclusión es sencilla: a mayores ingresos familiares y mayor
nivel de estudios, menor obesidad y sobrepeso infantil. Mientras que afecta a
la mitad de los niños de familias con una renta mensual inferior a 1.500 euros,
la cifra desciende al 39,6 por ciento en el caso de familias con ingresos
mensuales superiores a los 2.500 euros. Además, el 47,6 por ciento de los niños
cuyos padres tienen sólo estudios primarios padece sobrepeso. El porcentaje cae
hasta el 41,2 por ciento en los menores cuyos progenitores poseen estudios
universitarios. Y es que la sociedad en la que vivimos también afecta a nuestro
estilo de vida. «Mientras en Asia el porcentaje de personas gruesas es mínimo,
en Europa y Estados Unidos es mayor. Incluso, también existen diferencias entre
las personas obesas norteamericanas que pertenecen, en su mayoría, a una clase
social muy baja, mientras que en la UE las personas obesas son las más
adineradas», explica Caballero.
Con respecto a la infancia, se ha probado que los
niños que comen en casa son más propensos al sobrepeso –el 47,6 por ciento– que
aquellos que lo hacen en el colegio –el 43 por ciento–, donde los menús suelen
estar más controlados y son más equilibrados. El hecho de comer viendo la
televisión, o simplemente tener este aparato, el ordenador o la videoconsola en
el dormitorio también influye. En este sentido, la mitad de los niños que
tienen las pantallas en su cuarto presentan problemas de sobrepeso, frente al
43 por ciento en el caso de aquellos que no tienen tan a mano la televisión,
consola u ordenador. Según una encuesta, dos de cada tres españoles confiesa
que come o cena viendo la televisión cinco o más días a la semana, costumbre
que puede pasar factura a largo plazo.
MÁS ENFERMOS
Para los investigadores José Ramón Banegas y
Fernando Rodríguez-Artalejo, autores del primer estudio sobre nutrición y
riesgo cardiovascular que se realiza en España recabando muestras biológicas y
exámenes físicos, la «moderada buena» salud cardiovascular de los españoles
está ahora amenazada. A su juicio, los ciudadanos consumen una dieta
mediterránea «evolucionada», excesivamente rica en carne y otros productos con
mucha grasa de origen animal, y sólo un pequeño porcentaje de la población
alcanza los consumos recomendados de verduras, hortalizas, fruta o leche y sus
derivados. No obstante, únicamente el 12 por ciento de ellos optó por cambiar
su dieta para mejorar sus hábitos alimenticios. De hecho, ocho de cada diez
españoles creen que su salud es óptima, si bien las cifras demuestran que es
manifiestamente mejorable. Pero, si la predicción del doctor Caballero se
cumple, «las enfermedades óseas, los problemas de colesterol y tensión arterial
se multiplicarán», concluye.
SEDENTARIOS,
HIPERTENSOS Y FUMADORES
- El 86 por ciento de los españoles lleva una vida
sedentaria, frente al 14 por ciento que lleva una vida activa. De hecho,
dedican catorce horas semanales a ver la televisión, siete al ordenador y ocho
a actividades que implican estar sentado.
- El tabaquismo continúa siendo muy alto en nuestro
país, donde hay unos once millones de fumadores, cifra que representa al 28 por
ciento de la población.
- Además, uno de cada tres ciudadanos es hipertenso
y la mitad de los adultos tiene el colesterol alto, según datos del Estudio de
Nutrición y Riesgo Cardiovascular.
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