martes, 17 de julio de 2012

La gastritis y la colitis

Por Kathryn von Saalfeld
Nutricionista
kvsaalfeld@saborysalud.com

No se deje vencer!
Si usted es una de las miles de personas que sufren de gastritis, hay alternativas que puede hacer para mejorar su estilo de vida y salud. Esos espasmos, o repentinos dolores estomacales, son causa de una súbita inflamación de la mucosa gástrica que rodea internamente al estómago. Alguno o varios de estos factores pueden ser los responsables de su malestar: los medicamentos irritantes (antiinflamatorios no esteroideos), una noche fuerte de tragos, el fumado, el estrés intenso, la infección por Helicobacter pylori, o el consumo de alimentos que aumentan la secreción de ácido, irritando la mucosa gástrica.

Dependiendo del caso, la gastritis puede ser aguda o crónica. Contrario a lo que muchos piensan, es mejor evitar comer durante varias horas después de un espasmo fuerte de gastritis para dejar que el estómago se vacíe y descanse, así permitiendo que la mucosa gástrica se sane. Durante estas horas puede tomar agua para aliviar la sed. Luego, es importante que tome conciencia de las siguientes recomendaciones y las incorpore en sus hábitos alimentarios para evitar otro ataque.

Por otro lado, si lo que siente son terribles retorcijones, o ciertos alimentos le causan distensión abdominal, talvez haya tendido un ataque de colitis. También conocida como el "síndrome del colon irritable", la colitis es un tipo de inflamación del intestino grueso, que puede resultar de la ansiedad, el estrés o la falta de fibra en la dieta. Alrededor de 5 de cada 1000 personas sufren de este mal, y es más frecuente en personas jóvenes.

Aunque todavía no se ha encontrado su verdadera causa, se cree que el colon de las personas que padecen de este síndrome, es más sensible y responde más fuertemente de lo normal, a estimulaciones ocasionadas por eventos tan ordinarios como lo son el comer, y causa esos espasmos conocidos como retorcijones. En otros casos pueden ser medicamentos o ciertos alimentos que causan espasmos. A veces este espasmo enlentece el pasaje de las heces, y causa estreñimiento.
Recomendaciones dietéticas para la gastritis
  • Elimine los alimentos irritantes. Los siguientes alimentos son irritantes de la mucosa gástrica, y es mejor evitarlos: café, condimentos fuertes (pimienta, chile, salsas para condimentar), alcohol, alimentos cítricos (jugo de naranja, limón, piña, fresas). También debe evitar los alimentos que usted siente que le producen malestar.
  • Elimine las bebidas gaseosas.
  • Haga varias comidas pequeñas durante el día. Ingiera cantidades moderadas para no aumentar mucho el tamaño del estómago. Es muy importante que no se salte ninguna comida y que respete el horario de comidas.
  • No consuma alimentos muy grasosos. Trate de no consumir alimentos muy grasosos (mantequilla, queso crema, queso amarillo, natilla, embutidos (salchichas, chorizo), frituras, comida "chatarra", comidas rápidas), pues retardan el proceso de vaciamiento gástrico y aumentan la secreción de ácido en el estómago, causando dolor.
  • Disminuya alimentos fuente de fibra durante el periódo de gastritis y recuperación.
    a. Cereales integrales: arroz, pan, cereales de desayuno y pastas integrales; germen de trigo, avena integral, galletas integrales (sodas, macrobióticas)
    b. Leguminosas: frijoles negros, garbanzos, frijoles de soya, lentejas, etc.
    c. Frutas, preferiblemente consumirlas con cáscara: (excepto cítricos) manzanas, duraznos, banano, sandía, melón, papaya, nectarinas, ciruelas
    d. Verduras crudas y cocidas: ensaladas con lechuga, repollo, pepino, zanahoria; brócoli, ayote, zucchini, etc.
    - Trate de incluir como mínimo una fuente de fibra por tiempo de comida.
  • Tome suficiente agua (al menos 8 vasos al día).
  • Controle el estrés. Este aumenta la secreción ácida del estómago y se irrita la mucosa, lo que puede producir dolor y espasmos en el estómago.
Recomendaciones dietéticas para la colitis
  • Evite los alimentos que le producen malestar. Algunos muy comunes son la leche, los frijoles y demás leguminosas, el repollo, las coles de Bruselas, el brócoli, la coliflor, la cebada, las nueces y los frijoles de soya.
  • Disminuya la fibra de su dieta. La puede aumentar una vez hayan pasado los síntomas, ya que la fibra disminuye el estreñimiento. Los panes y cereales de grano entero, las frutas y los vegetales son buenas fuentes de fibra. Recuerde tomar suficiente agua.
  • Elimine los estimulantes de su dieta. (café, chocolate y alcohol)
  • Evite los lácteos si le caen mal. Por lo general, el yogurt es mejor tolerado porque contiene bacterias que producen una enzima necesaria para digerir la leche. Es importante que busque otras fuentes de calcio.
  • Realice comidas pequeñas. Las comidas muy grandes frecuentemente causan cólico y diarrea en personas con colitis.
  • No haga comidas muy grasosas. La grasa (animal o vegetal) es un estimulante que puede causar contracciones del colon después de comer. Muchos alimentos contienen grasa, como la piel del pollo, la leche íntegra, el queso amarillo, la mantequilla, el aceite, la manteca y el aguacate.
  • Reduzca la ansiedad y haga ejercicio regularmente. Recuerde que el estrés estimula los espasmos del colon en personas con el síndrome del colon irritable.

martes, 10 de julio de 2012

LUCHA CONTRA EL SOBRE PESO: El tratamiento farmacológico ha sido decepcionante hasta ahora.

La lucha contra obesidad no es sólo cuestión de fármacos.

  • Los especialistas recuerdan que una vida activa sigue siendo crucial
  • La epidemia de sobrepeso no se frenará sólo con fármacos, advierten.
La semana pasada se conocía que EEUU ha aprobado un fármaco contra la obesidad llamado Belviq. La agencia estadounidense del medicamento (FDA, según sus siglas en inglés) le ha dado el visto bueno, pero los expertos se preguntan si será un éxito de ventas y, lo que es más importante, qué efectos puede provocar en la salud una vez que se comercialice. Estos días, también se celebra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander el curso 'Alimentación, nutrición y estilo de vida. Impacto de la actividad física sobre la salud' y algunos de los participantes ponen de manifiesto una cuestión: "El tratamiento farmacológico ha sido decepcionante hasta ahora".

"Es difícil fiarnos de un fármaco que sólo ataca a una diana como es este caso", explica Manuel Serrano Ríos, profesor emérito de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Real Academia Nacional de Medicina y director del Instituto Danone. "Lo ideal sería encontrar una 'polipíldora'", prosigue. Con ello se refiere a que Belviq activa un receptor, la serotina 2C, que bloquea las señales de apetito en el cerebro y logra que los pacientes se sacien con pequeñas dosis de comida.

Él y otros especialistas como Mario Foz, profesor emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona, hablan de nuevas vías en la investigación que apuntan a las posibilidades que ofrece el tejido marrón, que junto al blanco forma el tejido adiposo. El primero es el que trabaja para quemar calorías, al contrario que el blanco, que es el reservorio de energía. "Con la búsqueda de más tejido marrón puede haber descubrimientos, pero es difícil", señala Foz. Ambos explican que de ser así, podrían existir tratamientos que facilitaran la "intertransformación" de energía en distintas partes del cuerpo y por ello, no desprecian los avances en fármacos, pero tienen claro una cosa: "Aunque se produzcan descubrimientos, no hay que dejar de lado el estilo de vida".

"Ése es el futuro y seguirá siéndolo", afirma Manuel Serrano Ríos sobre la necesidad de una vida saludable gracias a una dieta equilibrada y a saber quemar las grasas de forma adecuada a través del ejercicio físico. De momento, el presente indica que la obesidad es una de las epidemias del siglo XXI. "Se está cambiando a peor no tanto en cantidad, sino en calidad", alerta por su parte el profesor emérito de Pediatría de la Universidad de Zaragoza, Manuel Bueno Sánchez, sobre los hábitos de consumo de alimentos. Considera que con la crisis esta situación puede mantenerse o agravarse, pero también se puede frenar si se llevan a cabo las medidas adecuadas.

"En los programas educativos deben ser obligatorias las charlas para concienciar a los jóvenes", señala. Serrano Ríos también coincide en que el papel de la escuela tiene cada vez más valor y apuesta porque los dietistas y nutricionistas asesoren directamente a los colegios. "En EEUU han puesto en marcha una iniciativa muy interesante en la que se mide, pesa y evalúa a los estudiantes para prevenir o detener la obesidad", explica. Ambos coinciden en que no es suficiente informar de que menú hay en los centros educativos cada semana y sí saber a ciencia cierta si cada alumno se acaba todo lo que hay en el plato. "Esto es una cuestión no sólo de médicos, sino de todos", concluyen.